Ni me acuerdo de hace cuantos años descubrí la marca danesa Urtekram, sólo os cuento que entonces los envases eran bastante feos, de un plástico opaco azul oscuro y un aspecto de lo más rústico, como si un cosmético natural no pudiera ser además bonito estéticamente... y esto sigue pasando aún con algunas marcas, un absurdo ,como el pensar que porque tengas una vida "eco" no puedes usar cosméticos o te tienes que dejar las canas sí o sí, vamos, un mezclar churras con merinas.
De esta marca he usado distintas variedades de champús en función de mis necesidades del momento, así tuve mi época henna (me encantaba ese champú), la de rosas o más recientemente la de árbol del té que es de la que voy a hablaros hoy. ¡Adelante que os cuento!.